Septoplastia: qué es y cuándo se recomienda
La septoplastia es un procedimiento cada vez más empleado para corregir problemas funcionales en la nariz, mejorando la calidad de vida de quienes sufren dificultades respiratorias.
En Bupa Seguros te explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta intervención y cuáles son sus beneficios.
¿Qué es la septoplastia?
La septoplastia es una intervención quirúrgica que se realiza para corregir una alteración o desviación en la morfología del tabique o septo nasal. Estas alteraciones nasales pueden ser congénitas o debido a traumatismos y fracturas nasales.
Cuando el tabique se encuentra desviado, puede bloquear parcialmente el flujo de aire que entra por la nariz y dificultar la respiración. El objetivo de la septoplastia es enderezar y reposicionar el tabique nasal para «abrir» las vías respiratorias, mejorando así la capacidad respiratoria del paciente y aliviando síntomas como la congestión nasal.
¿Cuál es la diferencia entre la septoplastia y la rinoplastia?
La septoplastia es una cirugía que se centra en mejorar la función nasal, corrigiendo la estructura interna de la nariz para restaurar la respiración normal y aliviar la congestión nasal. Por otro lado, la rinoplastia es una cirugía que tiene como finalidad modificar la apariencia estética de la nariz, ajustando su forma y tamaño para lograr una mejor armonía facial, tanto de frente como de perfil.
En algunos casos, se suele recomendar realizar una septorrinoplastia, un procedimiento combinado que aborda simultáneamente los problemas funcionales y estéticos de la nariz, ofreciendo una solución integral para la respiración y la apariencia.
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¿Cuándo es necesaria una septoplastia?
Principalmente, este procedimiento se realiza cuando el paciente presenta:
- Un tabique torcido, deformado o desplazado, que obstruya el flujo de aire a través de las fosas nasales.
- Problemas constantes para respirar correctamente por la nariz, incluso sin estar resfriado.
- Infecciones nasales o sinusales.
- Traumatismos o lesiones graves, que provoquen una desviación del tabique.
- Pólipos y otros crecimientos anormales, que bloqueen las vías respiratorias.
- Inflamación nasal por alergias crónicas.
- Sangrado incontrolable de la nariz.
- Ronquidos fuertes y frecuentes, a causa de la obstrucción nasal.
- Cefalea.
- Disminución de la capacidad olfativa.
Beneficios de la septoplastia
1- Restaura la función respiratoria
Esta intervención corrige el tabique desviado, lo que permite al paciente respirar con mayor facilidad y comodidad, especialmente mientras duerme o hace actividad física.
2- Mejora los problemas relacionados con el sueño
Al reducir la obstrucción nasal, disminuye la frecuencia y gravedad de los ronquidos y episodios de apnea del sueño, mejorando así la calidad del descanso.
3- Alivia dolores de cabeza crónicos y la sensación de presión facial
La corrección del tabique desviado ayuda a prevenir la acumulación de secreciones e irritación en las cavidades nasales, que suelen ocasionar dolores de cabeza persistentes y una sensación de congestión o pesadez en el rostro.
4- Reduce las infecciones sinusales
Al corregir el tabique desviado, se restaura el flujo normal del aire y facilita el drenaje de la mucosidad, lo que reduce la posibilidad de bloqueos e infecciones recurrentes en los senos paranasales.
¿Cómo se realiza?
La septoplastia se realiza mediante incisiones dentro de la nariz y consta de los siguientes pasos:
- Anestesia: Antes de comenzar la cirugía, se administra anestesia al paciente para evitar cualquier dolor durante la intervención. El tipo de anestesia (general o local) se elegirá según la complejidad del procedimiento y las recomendaciones del cirujano.
- Incisión y exposición del tabique: El cirujano realiza un pequeño corte en la pared de una de las cavidades nasales para acceder al tabique desviado. Luego, levanta cuidadosamente la membrana mucosa que lo recubre y protege, dejándolo expuesto para su corrección.
- Corrección del tabique: Una vez expuesto, el cirujano endereza el tabique o, si es necesario, extrae pequeñas porciones de hueso y cartílago para remodelarlos y darles una nueva forma. Este paso es crucial para restablecer el flujo normal de aire a través de la nariz.
- Suturas: Una vez corregido el tabique, el cirujano sutura la incisión y coloca una férula más un relleno, que ayudarán a mantener el hueso, el cartílago y el tejido en su lugar, mientras se cura la nariz.
- Recuperación: Este procedimiento no deja cicatrices visibles y el tiempo de recuperación es de entre una a dos semanas. Durante este período, es fundamental seguir las indicaciones médicas para asegurar una correcta cicatrización y restauración de la función respiratoria.
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