¿Qué es el SIBO y cómo se detecta?
El SIBO es el sobrecrecimiento de bacterias, que usualmente se alojan en el colon, en el intestino delgado, generando síntomas digestivos como distensión, inflamación y dolor abdominal, gases, náuseas, fatiga, diarrea, entre otros.
Desde Bupa Seguros, te brindamos datos claves sobre esta enfermedad y la importancia de detectarla a tiempo realizándote un examen SIBO.
ÍNDICE
1. ¿Qué es el sibo?
2. ¿Cuáles son sus síntomas?
3. ¿Por qué es importante detectarlo a tiempo?
4. ¿Qué es un examen de sibo?
5. ¿Cómo prepararse para un examen de sibo?
¿Qué es el SIBO?
El SIBO, (por sus siglas en inglés: Small Intestinal Bacterial Overgrowth), es un aumento anormal de bacterias en el intestino delgado. Normalmente, este suele tener pocas bacterias en comparación con el intestino grueso, pero en quienes tienen SIBO, esta microbiota se altera, desordenándose e incrementándose desproporcionadamente.
Este sobrecrecimiento de la microbiota puede manifestarse a través de distintos problemas gastrointestinales, tales como enfermedades inflamatorias (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa), dispepsia funcional (dolor o ardor en el estómago, hinchazón, gases excesivos, náuseas después de comer) o síndrome de intestino irritable.
¿Cuáles son sus síntomas?
Si bien el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado varía de persona a persona, algunos de sus síntomas más comunes son:
- Hinchazón abdominal: esa sensación, constante o a veces intermitente, de tener el abdomen inflamado y distendido.
- Gases: experimentados de manera excesiva.
- Diarrea: crónica o también intermitente. No obstante, algunas personas con SIBO pueden experimentar lo contrario, es decir, estreñimiento.
- Dolor abdominal: principalmente, cólicos, que suelen variar en ubicación e intensidad. Este síntoma suele mejorar al expulsar flatulencias o defecar.
- Malestar gastrointestinal: que incluye una sensación incómoda de saciedad después de comer en pequeñas cantidades, náuseas, acidez estomacal y vómitos.
- Malabsorción de nutrientes: manifestada como fatiga, debilidad y pérdida de peso, producto de este desbalance bacteriano en el intestino delgado.
- Síntomas extraintestinales: o fuera del tracto intestinal, tales como dolores musculares, articulares, erupciones cutáneas, fatiga crónica y dolor de cabeza.
Es importante tengas en cuenta que tus síntomas de sobrecrecimiento bacteriano pueden incluir diferentes afecciones gastrointestinales simultáneamente, por lo que es fundamental que consultes con un especialista que te ayude a obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento según tu caso.
¿Por qué es importante detectarlo a tiempo?
1. Alivio de los síntomas
Sin duda, cuando se identifica y trata el SIBO a tiempo, los malestares e incomodidades (muchas veces debilitantes) provocados por los síntomas mejoran, contribuyendo significativamente a que tu calidad de vida también lo haga.
2. Prevención de complicaciones
Ten presente que el SIBO no tratado a tiempo puede provocar complicaciones graves a largo plazo (como, por ejemplo, deficiencias de nutrientes esenciales, pérdida de peso no deseada, fatiga crónica, cálculos renales, osteoporosis y debilidad), que interferirán con tu bienestar general. Por esto, el diagnóstico oportuno es fundamental.
3. Mejora la salud intestinal
Al tratar el SIBO, puedes restaurar el balance bacteriano normal en tu intestino delgado, logrando que tanto la absorción de nutrientes como la función de la mucosa intestinal sean los adecuados y tu microbiota esté equilibrada.
4. Reducción del riesgo de enfermedades asociadas
Ya que, como hemos dicho, el SIBO puede aumentar los riesgos de desarrollar y sufrir otras enfermedades gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Es por esta razón que detectarlo y tratarlo a tiempo, ayudará a reducir los riesgos relacionados a estas complicaciones.
5. Mejora la calidad de vida
Permitiéndote llevar una vida más plena y saludable. Los síntomas crónicos y las complicaciones del SIBO pueden interferir drásticamente en tu estilo de vida, afectando tu capacidad para trabajar, socializar y llevar un día a día activo. Por tanto, es esencial que lo detectes y trates a tiempo.
¿Qué es un examen SIBO?
Es un test diagnóstico que se realiza para detectar la presencia de sobrecrecimiento bacteriano en tu intestino delgado. Aunque existen varias pruebas para diagnosticar el SIBO, la más utilizada por los expertos es el test de hidrógeno y metano en el aliento.
En este examen, te administrarán una solución de azúcar (generalmente, lactulosa o glucosa) en ayunas, para luego medir la cantidad de hidrógeno y metano (gases que producen las bacterias durante la fermentación) provenientes del intestino delgado, en tu aliento. Se te pedirá que exhales en una bolsa o en un dispositivo para recolectar muestras de aliento, en intervalos de 15 a 30 minutos, durante 2-3 horas.
En condiciones normales, los niveles de estos gases son bajos, pero si hay un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, las bacterias consumirán los azúcares fermentables y producirán hidrógeno o metano. Así, el intestino absorberá estos gases y al expulsarlos cuando exhales se podrá detectar si tienes SIBO o no.
¿Cómo prepararse para un examen SIBO?
Estas son algunas recomendaciones generales que debes seguir previo al examen, si quieres obtener resultados más precisos:
- Consulta con el médico experto: Antes del test, es importante que le informes a tu médico sobre cualquier medicamento que estés tomando actualmente, incluidos los suplementos y probióticos. Esto porque algunos de estos pueden interferir con los resultados del test
- Dieta: Por lo general, deberás seguir una dieta especial (conocida como FODMAP: fermentables, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles) antes del test. Esta suele ser baja en carbohidratos fermentables y deberás hacerla uno o dos días antes del examen. Los carbohidratos fermentables incluyen alimentos como ciertos tipos de verduras, frutas, productos lácteos y granos; consulta con tu médico cuáles de estos debes dejar de consumir.
- Ayuno: Posiblemente, deberás ayunar durante la noche antes del examen. ¿Por qué? Pues porque te ayudará a asegurarte de que no se encuentren alimentos en tu tracto digestivo, que puedan interferir con la absorción de la solución de azúcar fermentable que te darán el día del test.
- Suspende ciertos medicamentos y suplementos: Especialmente, aquellos que puedan afectar la motilidad intestinal o la flora bacteriana. Estos pueden incluir antibióticos, antidiarreicos, laxantes, inhibidores de la bomba de protones (IBP) y probióticos. Te recomendamos que sigas las instrucciones detalladas de tu médico sobre qué medicamentos suspender y cuándo hacerlo.
- Evita el tabaco: Específicamente, horas antes del test y durante el procedimiento, ya que puede afectar los resultados.
Nuevamente, es sumamente importante que sigas las instrucciones de tu médico antes del test y te comuniques con él si tienes preguntas o inquietudes sobre el procedimiento.
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