¿Por qué se produce el derrame ocular?

También conocido como hemorragia subconjuntival, el derrame ocular es una afección que, si bien puede alarmar y preocupar a simple vista, es bastante habitual y no pone en riesgo la salud visual.

En Bupa Seguros, te explicamos cuáles son sus características, síntomas y cómo puedes prevenirlo.

¿Qué es un derrame ocular?

Un derrame ocular es una hemorragia o sangrado en el ojo, producto del rompimiento de alguno de los vasos sanguíneos que se encuentran en la conjuntiva ocular. Cuando esto ocurre, la sangre se acumula en esta fina membrana de tejido que cubre la esclerótica (el área blanca del ojo), provocando que se enrojezca o «manche».

Dependiendo de la magnitud del sangrado en la conjuntiva, esta «mancha roja» suele desaparecer en un período que puede variar de 3 a 15 días.

Síntomas del derrame ocular

El principal síntoma, y el más evidente, es la aparición de la «mancha roja» en la esclerótica del ojo. Esta mancha puede variar en forma y tamaño, llegando a cubrir toda la superficie de la conjuntiva ocular.

En algunas ocasiones, el derrame puede generar una sensación de incomodidad o de tener una «arenilla» (cuerpo extraño) en el ojo que, generalmente, desaparece en el transcurso de 24 horas.

Causas principales

Existen varias razones por las que puede aparecer un derrame ocular. Entre las más comunes se encuentran:

1- Traumatismos o lesiones oculares menores

Estos incluyen desde un golpe leve pero directo en el ojo hasta el frotarlos excesivamente. Como mencionamos antes, la conjuntiva es una membrana delicada, superfina y llena de vasos sanguíneos, donde incluso un impacto menor puede producir un sangrado rápidamente.

2- Esfuerzo físico excesivo

Actividades como mover objetos pesados o hacer entrenamientos de fuerza en donde se alzan pesas con frecuencia. Asimismo, el estreñimiento, el trabajo de parto, vomitar, toser intensamente o estornudar de forma constante, también pueden elevar la presión sanguínea y romper los capilares oculares con facilidad.

3- Enfermedades crónicas

Incluyendo hipertensión arterial, diabetes mellitus o enfermedades hematológicas. Cuando estas patologías están mal controladas, pueden causar crisis hipertensivas, daños vasculares y alteraciones en los componentes de la sangre, aumentando la incidencia de derrames oculares.

4- Ciertos medicamentos

Particularmente, aquellos que son anticoagulantes (como la warfarina o la heparina) y antiplaquetarios (como la aspirina), ya que pueden incrementar los riesgos de sangrado.

¿Cómo prevenir los derrames oculares?

Aunque no se pueden prevenir completamente, existen ciertas recomendaciones para reducir su frecuencia:

• Evitar frotar los ojos: y en el caso de ser necesario, hacerlo suavemente y sin generar demasiada fricción.
• Mantener la presión arterial bajo control: haciendo ejercicio regular y llevando una dieta saludable.
• Controlar la diabetes: monitoreando los niveles de glucosa en sangre y siguiendo el tratamiento adecuado.
• Tomar precauciones durante el ejercicio intenso: o evitarlas si la frecuencia de los derrames oculares aumenta.
• Revisar el tratamiento farmacológico con un médico: en especial, si incluye medicación que afecte la irrigación sanguínea.

¿Cuándo acudir a un oftalmólogo?

Aun cuando los derrames oculares suelen ser inofensivos y no requieren tratamiento, es recomendable consultar al especialista cuando:

• El sangrado es muy intenso.
• La «mancha roja» no mejora o desaparece después de dos semanas.
• Los derrames oculares ocurren muy a menudo.
• Van acompañados de síntomas adicionales como visión borrosa, dolor intenso o cambios en la visión.
• Si la hemorragia se manifiesta externamente, debe acudir de inmediato a urgencias.

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Los derrames oculares pueden ser un signo de condiciones subyacentes que merecen atención médica. Por esta razón, en Bupa Seguros te ofrecemos una amplia gama de seguros complementarios con cobertura en consultas oftalmológicas, que te ayudarán a cubrir los costos asociados con el diagnóstico y tratamiento de problemas visuales.

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