¿Cómo prevenir un esguince de rodilla? Prevención, síntomas y tipos.
El esguince de rodilla es una lesión frecuente que puede afectar a cualquier persona, desde deportistas hasta quienes realizan actividades cotidianas. Esta lesión, no solo provoca dolor, sino que también puede limitar seriamente tu movilidad si no se trata de la forma correcta.
Afortunadamente, es posible prevenirla adoptando ciertas medidas que, desde Bupa Seguros, te contamos hoy en este artículo.
¿Qué es el esguince de rodilla y cómo se produce?
Básicamente, es una lesión provocada por el estiramiento excesivo o desgarro de los ligamentos que unen la tibia con el fémur. Los ligamentos, ayudan a estabilizar y mantener la rodilla en su lugar, lo que permite que esta pueda doblarse y girar con facilidad.
El esguince de rodilla suele producirse debido a una flexión o torsión repentina de la articulación cuando el pie está firmemente apoyado en el suelo, siendo así una lesión muy común en quienes practican deportes de alto impacto (fútbol, baloncesto o esquí). Igualmente, un golpe directo o una caída inesperada pueden provocar esta lesión, así como cualquier otro movimiento abrupto y no habitual que se realice, como dijimos antes, con el pie bien apoyado sobre el suelo.
¿Cuáles son sus síntomas?
- Un chasquido al momento de la lesión.
- Dolor agudo y constante al intentar caminar o al tacto.
- Sensación de inestabilidad en la rodilla al ejercer presión sobre ella (en casos más graves).
- Dificultad para caminar o mover la articulación.
- Rigidez, inflamación y enrojecimiento de la zona afectada.
- Hematomas.
- Espasmos musculares.
Es importante que si estos síntomas empeoran con el paso de los días, consultes con un traumatólogo lo antes posible para evitar complicaciones serias que puedan poner en riesgo tu movilidad.
Tipos de esguince de rodilla
Los esguinces de rodilla se clasifican en tres grados dependiendo de su severidad:
- Grado I (leve): cuando los ligamentos se estiran ligeramente, pero no hay un desgarro significativo. Puede haber dolor leve e hinchazón mínima.
- Grado II (moderado): cuando hay un desgarro parcial del ligamento, lo que causa dolor, inflamación, inestabilidad y dificultad para caminar.
- Grado III (grave): cuando el ligamento se desgarra o separa por completo, provocando inestabilidad severa en la rodilla que amerita tratamiento médico inmediato.
Prevención y opciones de tratamiento
El tratamiento inicial del esguince de rodilla incluye reposo, aplicación de hielo, compresión y elevación (método RICE por sus siglas en inglés). Los casos más graves pueden requerir ejercicios de fisioterapia durante algunas semanas o incluso cirugía.
Ahora bien, para prevenir el esguince de rodilla, es fundamental:
- Realizar ejercicios donde se trabajen los cuádriceps, isquiotibiales y músculos estabilizadores, a fin de fortalecerlos y así proteger eficazmente los ligamentos.
- Hacer estiramientos de manera frecuente, que mejoren el rango de movimiento y la flexibilidad.
- Utilizar zapatos que ofrezcan el soporte y la amortiguación adecuada, especialmente en actividades deportivas.
- Aprender la técnica correcta (postura y movimientos adecuados) antes de realizar deportes y otras actividades físicas.
- Evitar la fatiga extrema.
- Usar rodilleras o soportes que brinden protección adicional al practicar deportes de alto impacto.
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El esguince de rodilla puede parecer una lesión menor, pero su impacto en tu calidad de vida puede ser significativo si no se le presta atención. Por esta razón, en Bupa Seguros, te ofrecemos una gran variedad de seguros individuales con cobertura en consultas de traumatología y ortopedia, que te ayudarán a prevenir este tipo de lesiones y patologías de rodilla.
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