¿Cómo evitar la otitis en verano?

En el verano, las infecciones de oído son más frecuentes, a causa de los baños en las piscinas, los chapuzones en las playas y el exceso de humedad.

Esta continua exposición del oído al agua, aumenta el riesgo de que padezcas inflamaciones en el conducto auditivo, por lo que es sumamente importante tomes ciertas medidas que te ayuden a evitar posibles infecciones.

Desde Bupa Seguros, te brindamos algunos datos claves sobre la otitis, cómo se clasifica, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla, especialmente en esta temporada. ¿Empezamos?

¿Qué es la otitis?

Se trata de una inflamación del oído causada, generalmente, por una infección, que puede afectar tanto la parte interna como externa del mismo. Según su ubicación, se puede clasificar en dos tipos:

Otitis externa

También conocida como «oído de nadador», se produce en el exterior del conducto auditivo, principalmente ocasionada por una inflamación de la piel en este canal.

Es la patología más común durante el verano, debido a que los factores que favorecen este tipo de infección son el calor, la humedad y la entrada/acumulación de agua al oído, condiciones muy típicas de esta temporada.

Aunque no suele ser grave, sí es dolorosa y se produce por una alteración de la piel que causa picor. Al rascarte, se van haciendo pequeñas grietas en la piel donde se introducen los gérmenes que habitualmente están en las piscinas o en cualquier agua contaminada, ocasionando así una infección.

Otitis media

Básicamente, es la inflamación de la mucosa del oído medio. Suele tener un origen bacteriano o vírico, por lo que aparece acompañada de un resfriado, dolor de garganta o una infección respiratoria. Es una patología más propia del invierno y si bien afecta a todos los grupos de edad, es más común en niños de entre 0 y 7 años.

En la otitis media, la trompa de Eustaquio (conducto que comunica el oído medio con la rinofaringe) se inflama provocando una acumulación de líquido dentro del oído que se infecta y produce dolor en el tímpano.

Puede clasificarse en tres tipos:

• Aguda: su duración es de entre una y tres semanas, y afecta al propio tímpano abombándolo, enrojeciéndolo e incluso rompiéndolo.
• Subaguda: dura entre tres y 12 semanas, y se caracteriza por la presencia de exudado (líquido espeso o pegajoso) en la cavidad del oído medio, sin mostrar síntomas o con unos muy leves. Ten en cuenta que, si este exudado permanece más de tres meses en el oído, la enfermedad pasa a ser crónica.
• Crónica: supera las 12 semanas de duración y, como dijimos antes, se da cuando el exudado permanece por un período prolongado o aparece una y otra vez, aunque no haya infección. Puede provocar dificultades para combatir nuevas infecciones y hasta pérdida auditiva, si no se trata a tiempo.

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Factores que contribuyen a la otitis en verano

La otitis externa suele desarrollarse dentro de los oídos expuestos a la humedad constante. Piensa que, al entrarte agua en los oídos y dejar que se acumule repetidas veces, se genera una especie de caldo de cultivo perfecto, capaz de potenciar el crecimiento de todas las bacterias que inflaman la piel que recubre tu conducto auditivo externo.

Es por esta razón que la otitis externa es tan común en verano, cuando más disfrutas de hacer actividades en ríos, lagos, piscinas o el mar como, por ejemplo, nadar, bucear, surfear, remar, etcétera.

Por su parte, es importante tengas presente que los niños son más vulnerables a este tipo de otitis, ya que sus trompas de Eustaquio son más cortas y todos los agentes infecciosos llegan a su oído con mayor facilidad.

¿Cuáles son los síntomas de la otitis?

En la infección del oído externo, los síntomas comienzan de manera leve, pero evolucionan con el paso de los días. Los principales son:

• Picazón en el oído o en el conducto auditivo.
• Inflamación.
• Enrojecimiento del canal auditivo.
• Dolor que puede empeorar al halar la oreja o al tocar/presionar el trago.

Por su parte, en la otitis media, es frecuente que la infección venga acompañada de una serie de secreciones. Normalmente, cuando la zona está infectada por hongos, suelen ser de color blanquecino y de textura rugosa; sin embargo, cuando está infectada por bacterias, tiene un color más amarillento.

Las infecciones en el oído medio suelen tener síntomas similares a los de la otitis externa, pero en ciertas ocasiones se le suman pérdida auditiva, náuseas y sensación de mareo o inestabilidad.

En el caso de los bebés, es frecuente que el dolor se manifieste con irritabilidad y llanto, síntomas que aumentan por la noche.

¿Cómo prevenir la otitis?

Algunas de las medidas que puedes tomar para ayudar a proteger tus oídos de la otitis son:

• Evita que entre agua en tu conducto auditivo por intentar sumergirte demasiado.
• Limpia tus oídos con cuidado, sin usar cotonitos de algodón. Esto, principalmente, porque pueden causar daños en la piel interna del oído dejándolo más propenso a infecciones.
• Procura sacar el agua de tus oídos después de bañarte y sécalos suavemente con uno de los bordes la toalla o gasa.
• Ten cuidado con los tapones para bañarte. En ocasiones, su uso puede ser contraproducente puesto que pasan a convertirse en el propio foco de infección.
• No te rasques los oídos ni introduzcas ningún objeto para hacerlo.
• No te bañes en aguas contaminadas.

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