Ataque de vesícula: Causas y síntomas
Teniendo en cuenta que un ataque de vesícula puede causar ciertas complicaciones mayores si no se trata a tiempo, el reconocer sus causas y síntomas es fundamental para buscar el tratamiento que ayude a contrarrestarla.
En Bupa Seguros, te ofrecemos información clave sobre esta afección, para que puedas identificarla correctamente y buscar la ayuda médica que necesites.
¿Qué es un ataque de vesícula?
Un ataque a la vesícula ocurre cuando se acumula bilis en el interior de la vesícula biliar debido a la obstrucción de una de las vías biliares. La vesícula biliar es un pequeño órgano ubicado debajo del hígado, que forma parte del aparato digestivo. Su función principal es almacenar y liberar la bilis producida en el hígado, para ayudar con la digestión de las grasas en el intestino delgado.
Cuando la bilis queda atrapada en la vesícula, se produce un «ataque» repentino que la distiende, irrita e inflama. Esto suele ocurrir porque un cálculo biliar obstruye el tubo a través del cual la bilis viaja dentro y fuera de la vesícula, denominado conducto cístico.
Síntomas de un ataque de vesícula
Cada vez que una persona sufre un ataque de vesícula, la pared que la rodea se daña, haciendo que pierda poco a poco su capacidad para almacenar/secretar bilis eficazmente. Durante estos episodios, los síntomas que se manifiestan incluyen:
- Dolor repentino y agudo en la parte superior derecha del abdomen, que puede durar solo unos minutos o alargarse por varias horas y suele empeorar al respirar profundamente.
- Náuseas y vómitos.
- Sudoración.
- Fiebre, incluso leve, acompañada por escalofríos.
- Orina oscura.
- Heces de color pálido grisáceo.
- Coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos, conocida como ictericia.
A menudo, los síntomas del ataque de vesícula se presentan después de una comida abundante, y suelen aliviarse cuando los cálculos biliares se mueven y dejan de bloquear el conducto cístico. Sin embargo, estos también pueden ser un signo de infección grave en la vesícula, el hígado o el páncreas, por lo que es recomendable acudir a un profesional médico para descartar cualquier complicación mayor.
Causas y factores de riesgo
Si bien los ataques de vesícula se deben principalmente a la formación de cálculos biliares, por un exceso de colesterol o bilirrubina contenida en la bilis, estos también pueden formarse cuando la vesícula no se vacía completamente o con la frecuencia suficiente. Ahora bien, existen ciertos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de desarrollar cálculos biliares. Estos son:
- Sobrepeso u obesidad.
- Una dieta alta en grasas saturadas y colesterol.
- Falta de actividad física.
- Antecedentes familiares de cálculos biliares.
- Mujeres que han tenido embarazos múltiples o están bajo tratamiento hormonal.
- Personas de edad avanzada y con condiciones crónicas (como la diabetes).
¿Cómo prevenir un ataque de vesícula?
Es importante seguir una dieta balanceada, rica en frutas, verduras, granos, grasas saludables y fibra. Además, se debe evitar el ayuno prolongado y saltarse comidas, ya que esto puede afectar el funcionamiento de la vesícula.
Mantener un peso saludable también es fundamental, ya que el sobrepeso puede aumentar el riesgo de problemas en la vesícula. En este sentido, es recomendable realizar ejercicio de manera regular, ya que la actividad física contribuye a la salud en general, incluida la función biliar.
¿Cuándo consultar a un médico?
Es sumamente importante buscar atención médica si cualquiera de los síntomas que mencionamos anteriormente no mejora con el paso de los días, pero sobre todo si nota que sus ojos o piel toman un color amarillento, ya que puede ser señal de una complicación grave.
Recuerda: el diagnóstico y tratamiento adecuados pueden prevenir tanto las complicaciones relacionadas al ataque de vesícula como la necesidad de una cirugía de emergencia.
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